Comentario: África tiene el potencial de crear millones de empleos verdes a lo largo de cadenas de valor globales ampliadas y resilientes, pero se necesita más apoyo internacional para que esto sea una realidad.
El embajador Ali Mohammed es el enviado especial de Kenia para el cambio climático y presidente del Grupo de Negociadores Africanos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP29.
En la COP29 en Bakú, los gobiernos se reunirán para aprovechar el financiamiento climático para mantener el objetivo de 1,5°C dentro de su alcance y garantizar que haya fondos suficientes para abordar el empeoramiento de los impactos climáticos. Actualmente estamos negociando para ampliar nuestros esfuerzos.
El Grupo Independiente de Expertos de Alto Nivel sobre Financiamiento Climático afirma que los países de mercados emergentes y en desarrollo, excluida China, deben: Concluyó que se necesitarán aproximadamente 2,4 billones de dólares en inversiones anuales para 2030. Naturaleza. Esta cantidad es 4 veces el nivel actual.
En este contexto de urgencia financiera global, África se está posicionando como un actor clave en la agenda climática. La Declaración de Nairobi sobre el Cambio Climático y un Llamado a la Acción, adoptada en la primera Cumbre Africana sobre el Clima en 2023, articula una visión audaz para abordar tanto la crisis climática como las necesidades de desarrollo económico de África a través de un crecimiento positivo para el clima.
La Declaración tiene como objetivo aprovechar el potencial del continente para desempeñar un papel central en la acción climática global aprovechando los vastos recursos humanos y naturales de África, particularmente aprovechando la energía renovable para actividades industriales. Desarrollar prácticas agrícolas climáticamente inteligentes y restaurativas. Mejora de la naturaleza y la biodiversidad.
El crecimiento positivo para el clima en África es inseparable de la necesidad urgente de aumentar la financiación climática. Lograr esta doble prioridad no es sólo un desafío regional, sino un desafío global. ¿Qué tipo de futuro podemos imaginar para África y sus vecinos si las temperaturas globales aumentan por encima de 1,5°C?
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Incluso con un calentamiento de 1,3°C por encima de los niveles preindustriales, el continente ya enfrenta efectos devastadores. Los incendios forestales han arrasado Argelia, Marruecos y Túnez, cobrándose vidas y destruyendo paisajes. La sequía en el Gran Cuerno de África acabó con 9,5 millones de cabezas de ganado en Etiopía, Kenia y Somalia, seguida de inundaciones repentinas que mataron a casi 600 personas en la República Democrática del Congo, Kenia y Ruanda.
Las lluvias impredecibles han dejado casi 4 millones de heridos, desaparecidos o afectados en el sur de África, el Gran Cuerno de África y Madagascar. En Mozambique y Malawi, el ciclón mató a 500 personas y obligó a 500.000 a evacuar. Sin una acción inmediata, es inevitable una mayor disminución de los medios de vida y una migración masiva a países menos vulnerables al cambio climático.
millones de empleos verdes
El éxito de las negociaciones sobre financiación climática de la COP29 podría transformar el futuro de nuestro continente. Podemos hacer realidad nuestra visión de una industrialización verde y crear millones de empleos verdes a lo largo de cadenas de valor globales ampliadas y resilientes.
En la COP28, nos fijamos el objetivo de triplicar el uso de energía renovable para 2030, al mismo tiempo que nos alejamos de los combustibles fósiles. África tiene el 60% de los mayores recursos solares del mundo y tiene la clave para esta transición.
Somos propietarios de la mayoría de los minerales críticos que el mundo necesita para descarbonizar y transportar energía. Tenemos un tercio del potencial mundial para secuestrar más carbono de nuestro capital natural. Tenemos el mayor potencial para aumentar la producción de alimentos. Y, sobre todo, nuestro continente es joven, motivado y emprendedor.
Preguntas y respuestas: Lo que necesita saber sobre la energía limpia y las cadenas de suministro de minerales críticos
Al construir industrias verdes modernas, África está preparada para hacer una contribución significativa a los esfuerzos globales de descarbonización y liderar la próxima ola de industrialización.
Se están logrando avances en todo el continente. Por ejemplo, Angola, Malawi, Mozambique y Zambia están ascendiendo en la cadena de valor añadido desde la extracción de recursos hasta el beneficio y la fabricación de minerales. Otros países, en particular Mauritania, Marruecos y Namibia, están considerando producir hidrógeno verde para la exportación.
Los gobiernos africanos ya están desarrollando políticas y planes de inversión para hacer realidad la industrialización verde, pero en particular necesitan acceso a los mercados, fijación de precios del carbono, etc. para desbloquear nuevas formas de capital que busquen reducir las emisiones. Se necesitan certidumbre y acuerdos de adopción a largo plazo. .
El financiamiento climático no solo cierra la brecha entre las opciones de menor costo y las más ecológicas, sino que también brinda apoyo a la investigación tecnológica y ayuda a movilizar inversiones de capital a través de acuerdos de compra de reducción de emisiones a largo plazo.
La Iniciativa de Industrialización Verde de África y la Asociación para la Aceleración de las Energías Renovables en África, lanzadas en la COP28, proporcionan un camino para ampliar estos primeros esfuerzos.
En la COP29, el Gobierno de Kenia convocará a los líderes mundiales para avanzar en esta Agenda de Acción, adoptando asociaciones disruptivas y alianzas no convencionales para romper con modelos industriales obsoletos. África tiene el potencial de liderar una revolución industrial verde, y fortalecer el financiamiento climático es fundamental para esta visión.
El resultado de las negociaciones de la COP29 debe generar una agenda positiva sobre el cambio climático para África. Las alternativas no son sólo opciones.